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Disco “Tú, mi hermano”, se presentó en vivo en Concepción

Fuente: Comunicaciones arquidiócesis de Concepción

El pasado martes 23 de mayo, en el Aula Magna del Arzobispado de Concepción, se presentó en vivo en el disco «Tú, mi hermano», que contiene cantos con textos del padre Esteban Gumucio, interpretados por el sacerdote jesuita Cristóbal Fones. El propio padre Cristóbal dijo estar muy contento de poder compartir su canto y oración. Manifestó que “Juntos iremos descubriendo quién es el padre Esteban y los invito a disfrutar”, expresó al numeroso público que copó la sala, en su mayoría joven.

Recordó que el padre Esteban acompañó, durante muchos años, los encuentros matrimoniales y gran parte de su ministerio fue seguir de cerca la experiencia del amor humano, donde se hace hogar. “También este místico nos enseñó a decir la fe pascual, que es algo muy profundo que cambió la historia para siempre”, comentó, en tanto, interpretó varios temas con gran entusiasmo y alegría y muchas de las canciones fueron seguidas por los asistentes, a través de dos pantallas que mostraron la letra de las interpretaciones.

“¡Qué lindo es cantar nuestra fe y esperanza, en todos los ritmos, todos los colores y lugares”, indicó el sacerdote, con ritmo de samba y cumbia, en algunas canciones, lo que sin duda animó a todo el público.

Respecto a su producción musical “Tú, mi hermano”, el padre Cristóbal señaló que “este disco me ayudó a salir de mi zona de confort; me significó explorar en nueva música y ha sido fascinante, gustando lo humano en todas las melodías y en todos los arreglos”.

En esta presentación, monseñor Fernando Chomali entregó algunas palabras de saludo. “Primero que todo, felicitar al padre Cristóbal y a quienes trabajaron para llevar adelante el disco en honor al padre Esteban. Yo lo conocí bastante, porque en los años 80, yo estaba en la parroquia san Gregorio, en La Granja, trabajando como vicario parroquial y teníamos como vecinos a la parroquia san Pedro y san Pablo, a los sacerdotes de los Sagrados Corazones y tuve la oportunidad de conocer al padre Esteban, y posteriormente, me reencontré con él, en la Pastoral Universitaria. Era un sacerdote tremendamente querido por los jóvenes universitarios y siempre lo pedían para retiros, unos retiros que llamábamos “Retiros en época de exámenes”, 4 sábados, que durante la mañana invitábamos a los jóvenes a rezar, en los períodos cercano a los exámenes. El padre Esteban le abría el mundo a todos, a los jóvenes. Por lo tanto es muy merecido que le hagan este homenaje”, afirmó, agregando que “una de las grandes tentaciones que tenemos, hoy, es creer que la historia comenzó ayer y termina mañana. Eso no es así, porque es una historia de salvación donde el padre Esteban nos ha dejado una hermosa estela y qué hermoso que personas jóvenes, como el padre Cristóbal -lo ordené sacerdote- hagan esta memoria maravillosa de sacerdotes generosos, entregados, sencillos, muy amables y muy comprometidos con la causa del evangelio”.

El padre Cristóbal, entre canción y canción, entregó emotivos mensajes. “A través del canto del padre Esteban, nos vamos acercando a la persona de Jesús, pero este conocimiento no es intelectual, sino que con quien tenemos relación en vida y buscamos, en ese encuentro, ser más humanos; poder mirar a los ojos, que en el trato con otras personas, podamos sentirnos más humanos”, comentó, precisando que “sus melodías que son más oración”.

Entre los asistentes se encontraban el padre Nelson Rivera, asesor religioso del Colegio de los Sagrados Corazones y Patricia Abarca, encargada de acompañar el proceso de beatificación del padre Esteban. Patricia agradeció al padre Fones por estar en Concepción junto a un selecto grupo de jóvenes músicos de la región, e invitó a promover el disco y los textos que hablan de la vida y la oración del padre Esteban.

El padre Nelson Rivera, por su parte, habló del padre Esteban como “una persona de gran humanidad, persona santa y que mira hacia arriba. Como hermano de la Congregación, lo conocimos siempre como un hermano mayor. Él se transformó en un hombre sabio. Fue un testimonio de consecuencia del evangelio. En 1965, en la gran misión en Santiago, salió de la comunidad y del colegio, con tres o cuatro sacerdotes jóvenes, a vivir en la periferia en Santiago. Lo vimos como una locura, porque estábamos acostumbrados a vivir en comunidad de 20 hermanos, todos educadores, trabajando en los colegios, pero él se atrevió a dar un paso de renovación de la vida religiosa”.

Dijo que el padre Esteban buscó profundamente hacer la voluntad de Jesucristo y a vivir en el evangelio. “Se hizo famoso por el conjunto Los Perales, fue maestro de novicios por más de 20 años y maduró su experiencia y la transmitió a otros hermanos. Se fue haciendo más respetado y más venerable para nosotros. Damos gracias a Dios por un hermano tan prodigioso. Fue un hombre de corazón sencillo y humilde. Fue pastor que nos enseñó, en su humanidad, a Jesucristo”, añadió.