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San José joven 2017: Marchando por la vida y la justicia

Fuente: Coordinación Pastoral Juvenil (Parroquia San José de Libertad)

El pasado viernes 17 de marzo llevamos adelante la primera actividad de la Pastoral Juvenil de la Parroquia San José–Libertad, a la que llamamos “San José joven”. Esta busca celebrar el inicio de las actividades del año y también manifestarnos como pueblo joven en torno a aquellos temas que nos interesan y preocupan. En esta oportunidad, el evento se inició con una Marcha por la vida y la justicia a través de las calles del barrio. Para comenzar, nos reunimos a preparar carteles con frases vinculadas a la vida y la justicia que llevamos como emblemas mientras marchábamos. Luego, se leyeron algunas de las ideas que motivaron nuestro caminar: quisimos anunciar la vida pero al mismo tiempo denunciar la injusticia y todo aquello que provoca destrucción y muerte.

La marcha tuvo un recorrido muy especial: visitamos las casas de tres familias cuyos jóvenes hijos o hijas han perdido la vida en situaciones muy dolorosas. La primera se trata de la familia Lugos a la que pertenecía uno de los miembros del CPJ San José: Juan Pablo, quien perdió la vida al igual que sus padres en un incendio. Su pequeño hermano continúa luchando por sobrevivir. La segunda familia visitada fue la de Noelia a quien se le arrebató la vida en circunstancias muy penosas. Por último, llegamos a la casa de Bruno. En todos estos lugares, familiares, vecinos y amigos nos unimos en oración por estos jóvenes y sus familias, llevando un mensaje de vida y de esperanza, sabiendo que la muerte no tiene la última palabra y que creemos en el Dios de la vida y de la justicia. Mientras caminábamos, cantábamos y rezábamos y en nuestros rostros se dibujaban sonrisas y también lágrimas. Como Pastoral Juvenil no podemos quedarnos callados ni quietos ante el dolor y ante la injusticia. Queremos decir en voz bien alta que creemos en el Dios de la vida; que nos abrazamos mutuamente y nos conmovemos ante el dolor del otro; y que no tenemos miedo, porque es Jesús quien camina junto a nosotros.

Luego al regresar a la Parroquia, nos congregamos en el atrio donde formamos una gran ronda para compartir un momento de oración. En el centro los jóvenes fueron dejando uno a uno los carteles con los que marcharon alrededor de una vela. Al momento que dejaban el cartel, encendían una vela más pequeña tomando la luz principal. Este signo simboliza la forma en que Jesús nos acompaña en los momentos de mayor dolor. Él es la luz que nos ilumina en nuestro sufrimiento. La muerte, que él mismo atravesó y venció, debemos enfrentarla con fe. Pero por sobre todo, la vida debemos vivirla como él nos enseñó: luchando por la paz, la justicia y con amor.

Para finalizar esta hermosa jornada, todos los jóvenes junto con los asesores tuvimos un lindo compartir en el patio del salón parroquial, donde gracias al apoyo de la comunidad pudimos disfrutar de ricas comidas, buena música y juegos.

Entre risas, abrazos, gritos de alegría; pudimos dejar bien marcado nuestro sentido como Pastoral Juvenil. Anhelamos una pastoral con jóvenes preocupados por los problemas del otro, un pastoral que trabaje en pos de defender la vida, pero además queremos jóvenes que sepan que valorar y cuidar la vida implica también celebrarla cada día. Celebrar la vida en comunidad es la motivación fundamental, para poder seguir caminando, celebrar con quienes compartimos nuestra fe, es nuestro motor para poder atreverse a vivir sin miedo y arriesgarse a amar por completo.

Se viene un año cargado de lindas actividades, misiones, retiros donde nos seguiremos encontrando, disfrutando, valorarnos y celebrando la vida.

Las celebraciones de San José continuaron el lunes 20 por la tarde, con la procesión del patrono por nuestra plaza y luego la misa central. En el frontis de la Parroquia se reunió un gran número de personas de las diferentes capillas e instituciones educativas. La misa fue presidida por el obispo auxiliar de Merlo Moreno, Oscar Miñarro quien invitó a la asamblea a recuperar aquello que se nos pierde como comunidad cristiana (en alusión al texto bíblico de Jesús perdido en el templo de Lc 2,41-51). Finalmente se bendijo a las futuras madres y se invitó a toda la comunidad a un momento gratuito de encuentro.