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Segundo domingo de Adviento

Por Roberto Soto Molina
Rector Colegio SS.CC. Valparaíso-Viña del Mar

Is 40,1-5.9-11; 2 P 3,8-14; Mc1,1-8

Caminos a recorrer

Estamos terminando el año y es conveniente hacer un balance y plantearnos desafíos ¿Cuáles van a ser tus metas para el 2018? ¿Qué caminos quieres recorrer para el año próximo? Para esta tarea podemos pensar en las diversas dimensiones de la vida, tales como familia, trabajo, finanzas, salud, espiritualidad, voluntariado, comunidad, ayudan a tener mayor precisión de los desafíos. Pero hemos de pensar con realismo nuestras metas, pues sabemos que en las diversas dimensiones de nuestro caminar encontramos luces y sombras, victorias y derrotas, de gracia y de pecado.

Adviento un nuevo tiempo

Si bien es cierto para nuestra sociedad el año nuevo comienza en enero, para los cristianos, que se guían por el tiempo litúrgico el año nuevo comienza en Adviento. Este tiempo, es una oportunidad para renovar nuestras metas personales y comunitarias con realismo y optimismo. Por esto el evangelio de este domingo, que es el inicio del libro de Marcos, nos presenta a Jesús como una buena noticia para quienes caminan entre luces y sombras. Y la buena noticia es que el Dios trascendente e inaccesible que habitaba en las alturas ha bajado a la tierra, se ha hecho carne y ha habitado entre nosotros (Jn 1:14) su nombre es Jesús , el Mesías e hijo de Dios (Mc: 1-1).

A preparar el camino

En este segundo domingo se nos presenta la figura de Juan el Bautista. Juan es un profeta que cumple las promesas del Antiguo Testamento (Is 40). Tiene la misión de invitar a preparar el camino al Señor y señala el inicio de una nueva era. Él es el precursor del Mesías. Juan invita a preparar el camino del Señor, exhortando a un cambio de vida (Mc 1:4). El cambiar no se trata de una obligación sino de una toma de conciencia personal y voluntaria que la gente de su tiempo la manifestaba en el bautismo. El bautismo de Juan es la inmersión en el río Jordán que simboliza este cambio de vida, dejando atrás el mal vivir para iniciar un nuevo proceso con nuevos propósitos y metas. Si queremos una una vida con mayor plenitud al igual que la gente que escucha a Juan, hemos de estar dispuestos a sacar de nuestro camino todo aquello que nos roba la alegría, nos aleja de Dios y de nuestros hermanos.

Tiempo de desierto

Que Juan predicara en el desierto no es casual, podría haber elegido predicar en las ciudades o en las afueras de las sinagogas. Sin embargo, escogió este espacio. El desierto en la biblia es el espacio de conversión, allí donde el pueblo de Israel había sido puesto a prueba y purificado, allí hace una nueva llamada a la purificación y a la conversión. Por esto, en la preparación del encuentro con el Señor que viene es recomendable tener espacios de desierto.

  • Cultivemos el silencio habitado, démonos tiempo para escuchar nuestro corazón, para escuchar la Palabra, para escuchar el Espíritu, pues Dios conoce nuestros anhelos y frustraciones, sabe cómo fuimos formados, y nos ha enviado a su hijo para que tengamos vida y vida en abundancia (Jn 10:10).
  • Respondamos con lo mejor de nosotros a la invitación de Juan el bautista preparando el camino al encuentro con el Señor, a través de la conversión, con nuevos propósitos y metas para este nuevo año que comienza.