Alejandro Goic, hermano obispo de Rancagua, presidió la conmemoración del 14º aniversario de la pascua de Esteban Gumucio. Como siempre se celebró en medio del recuerdo y la alegría por el paso de Esteban entre nosotros.
«Esteban fue un apasionado de Jesús», dijo monseñor Alejandro Goic al iniciar su homilía en la celebración de los 14 años de la pascua del padre Esteban Gumucio en la parroquia San Pedro y San Pablo.
Luego de varios intentos por compartir la eucaristía junto a mons. Goic, el miércoles 6 de mayo pudimos contar con su presencia para recordar a Esteban, a quien vio por última vez pocos meses antes de su muerte en el hospital de la Universidad Católica. “Esteban fue un hombre lleno del amor a Dios. Yo vi en esos ojos y en esa mirada de Esteban, la transparencia de un hombre de Dios, se me quedó esa imagen de la última vez que lo vi con vida”, recordó don Alejandro.
A la eucaristía asistieron numerosos hermanos de la Congregación, diáconos, laicos y familiares del padre Esteban. Previamente nos reunimos en torno al memorial para rezar por los afectados por las lluvias del norte y las explosiones del volcán Calbuco, por nuestra política y el poder económico y también por nuestra iglesia dañada durante los últimos años. A través de algunos poemas de la Cantata de los Derechos Humanos, del mismo Esteban, pusimos en las manos del Señor a nuestra patria.
Luego, en su homilía, monseñor Goic citó una de las cartas a Jesús: “¿Cuáles son mis más profundos anhelos al vivir la última etapa de mi vida? Ayúdame con la luz del Espíritu Santo a ser muy sincero y abierto contigo. Tú eres mi mejor amigo; y no quiero decirte sino mi verdad. Creo que mi más profundo anhelo es el de ser coherente con la fe que Tú me regalas. Más que vivir tantos y cuantos años más, mi gran anhelo es responder a tu invitación. En tu gran misericordia me has llevado poco a poco a comprender que lo central de todo es amarte, y responder en forma lo más gratuita posible a tu amor. Esa forma de amarte, comprendo que tiene que ser haciendo en detalle tu voluntad de cada día, dándote lo que puedo darte según mi capacidad concreta. Veo que debo mejorar mi servicio a los pobres…Tengo que estar más presente en la vida de las familias pobres, no sólo teniendo buena voluntad para los funerales; sino en esforzarme por visitarlos. Señor Jesús, ayúdame a no buscar mis intereses particulares, sino los tuyos”, y recalcó que a través de estas líneas “Esteban nos dice que tenemos que volver a Jesús, eso es lo esencial. En la iglesia nos enredamos en tantas cosas cuando todo parece tan simple: seguir a Jesús, conocer a Jesús, vivir dentro de nuestra fragilidad humana el proyecto de Jesús”.
Y continuó: “Es evidente que estas cartas reflejan el alma de Esteban. Todo lo que amó a Jesús. En todo lo que veo de Esteban veo lo que nuestro papa está diciendo; pastores con olor a oveja, cristianos comprometidos, llenos de misericordia, todos hermanos, todos colaboradores con el Señor en la tarea del reino. Cómo no bendecir a Dios, por Alberto Hurtado, por Teresa de Los Andes, por Esteban, por Francisco Valdés, obispo de Osorno y por tantas y tantos cristianos que han procurado ser fieles a Jesús. Nuestra Iglesia ha presentado una cierta crisis, no cabe duda, en la jerarquía estamos muy perturbados.. cómo salir de esto? Tratando de seguir a Jesús, volver a Jesús, volver a lo esencial del evangelio”.
Monseñor Alejandro Goic también recordó que “la fuerza de atracción más grande de la iglesia son sus santos. Los canonizados y tantos otros que nunca serán canonizados, pero que con su vida se aproximaron al evangelio de Jesús”. Y motivo a los laicos de la parroquia fundada por Esteban a continuar el camino para verlo pronto en los altares.
