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Víctor Córdova en sus 25 años: “Con el corazón lleno de nombres”

“Quiero pedirles que me ayuden a dar gracias”, fue lo primero que dijo Víctor en su homilía al celebrar sus 25 años de servicio presbiteral. La parroquia de La Anunciación estaba llena e iluminada por un sol que embellecía el cuadro. Familiares, amigos, comunidades donde Víctor ha estado como La Unión, San Pedro y San Pablo, Anunciación, Zona costa, llegaron a celebrar con alegría a este hermano junto a su comunidad religiosa.

Durante su homilía Víctor invitó a pasar adelante al padre Gabriel Giraud, que es uno de los hermanos mayores de la provincia, y a Bastián Mena, hermano profeso más joven de la congregación. Junto a ellos, conversaron sobre su vocación, sobre el llamado, el servicio que significa ser sacerdote o prepararse para aquello, cómo era antes, en los años del padre Gabriel y cómo lo es hoy.

¿Cuántos nombres hay en tu corazón?

Víctor también recordó la importancia de su familia en las decisiones de su vida: “El ministerio no viene solo, no es mágico. Mi familia fue un pilar fundamental. He conocido hombre y mujeres que me han acompañado. El ministerio no es del padre Víctor, no lo he recibido como una dignidad, sino que el ministerio es de la Iglesia. Una invitación de Jesús para que el sacerdote sea servidor de sus hermanos y para que en medio de la comunidad haga presente a Jesús”. Como signo entregó 3 rosas a su hermana, simbolizando una rosa por cada hermana, y una rosa a la doctora Cristina Durán que lo ha acompañado en estos meses de diálisis y con quien ha hecho un camino de compañía desde la fe.

Al terminar la celebración, Víctor explicó por qué le ha hecho tanto sentido en esta celebración la cita de Pedro Casaldáliga, y que proviene de una frase de Juan de la Cruz: “Al final del camino me dirán: —¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres”. Y luego preguntó a los presentes: “¿Cuántos nombres hay en tu corazón?”.

La celebración concluyó con un compartir en el galpón de la parroquia, donde hubo bailes folclóricos, comida sana y un ambiente de fraternidad y fiesta.