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Votos Perpetuos de nuestra hermana Graciela Garay ss.cc.

Por Rafael García ss.cc.

El sábado recién pasado, en el hermoso y concurrido templo del Colegio de las Hermanas SS.CC. de Álvarez, Viña del Mar, nuestra hermana Graciela Garay realizó su profesión perpetua: le dijo que sí a Dios para siempre, al servicio de su pueblo en la Congregación.

La Chela -como todos la conocen- es oriunda de la comuna de Lo Espejo, en la zona sur del gran Santiago. Allí conoció y fue vecina de los hermanos Sagrados Corazones, con quienes compartió la vida y la misión en las comunidades del sector, especialmente con Ronaldo Muñoz y varios más. Ahí nació, de hecho, el entusiasmo por esta Vida Religiosa y por este modo de hacerse pueblo junto al pueblo, buscando juntos los caminos de Dios en la construcción de un mundo más humano. Por eso, la Chela ingresó el año 2007 al postulantado de las Hermanas Sagrados Corazones.

Y once años después, rodeada de su familia, sus amigos y sus hermanos y hermanas de Congregación, Graciela decidió dar el paso definitivo. En la homilía, nuestro hermano Nicolás Viel, ss.cc., le recordó que toda vida religiosa -¡y más aun la que nace de los corazones de Jesús y de María!- debe sostenerse como una “mesa de tres patas”, sin olvidar jamás que esos tres pilares no son otra cosa que Jesús, la comunidad y los pobres.

A vivir y morir al servicio de esa espiritualidad. Eso es lo que hizo la Chela a manos de Candelaria Núñez ss.cc., responsable del territorio latinoamericano de nuestras hermanas. Y todos los que estábamos ahí -y tantos otros de Ecuador, San Joaquín, México- celebramos este hermoso paso de la Chela, pues nos viene bien ser testigos de una mujer que ha decidido creer hasta el último día de su vida. ¡Felicidades, Graciela!