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Primer domingo de Adviento

Por Florencia Limonado – Laica asesora CPJ cordillera

Un nuevo tiempo, una nueva oportunidad

En este primer domingo de adviento, se nos invita a esperar con atención la pronta llegada del Señor. Pero ¿qué trae este nuevo tiempo?

San Pablo nos invita a reconocer el momento que vivimos y a despertar, a prepararnos para renovarnos y seguir buscando justicia y dignidad. Como país hemos vivido más de 40 días un despertar que nos ha hecho revisar nuestras vidas y también hemos empatizado –de una u otra manera- con la persona que tenemos al lado. Estar en la calle como pueblo ha sido una oportunidad para abrir nuestro corazón, escucharnos, protegernos, darnos de comer y luchar. Ha sido un tiempo de estar unidas y unidos al fin.

El evangelio nos advierte que la llegada de Jesús romperá con lo habitual, lo que tenemos establecido, porque vienen tiempos nuevos que requieren de un nuevo sentido en nuestras vidas. Detengámonos y revisemos qué sentido le daremos a lo que viene, teniendo a Jesús en el centro, en lo personal y también en lo colectivo, en eso que hemos construido en esta revolución, una revolución hecha desde el amor.

Hoy comenzamos el proceso de renovación. Démonos el espacio para pensar lo hecho y lo no hecho, lo dicho y lo callado, lo que hemos soñado y lo que hemos dejado de lado, a quienes hemos amado y a quienes nos ha faltado por amar, quienes siguen con nosotros y quienes ya no están. Es el momento, nuestro momento.

La llegada de Jesús es una nueva oportunidad y la invitación es a hacernos cargo de eso, a tomar el lugar que nos corresponde y a exigir que, tanto hombres como mujeres, seamos escuchadas. Como mujer invito a mis compañeras a que estemos atentas, porque nos están viendo y el mundo está siendo testigo de que también despertamos y es nuestra oportunidad para ser parte -realmente- de los cambios.

No nos perdamos de vista, identifiquémonos en las calles, en el día a día, porque juntas y juntos nos prepararemos para lo que viene y construiremos este Reino, con solidaridad, justicia, sin impunidad y sobre todo con dignidad.