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Padre Damián y sus misioneros iluminan la esperanza tras devastador incendio en Hawái

Alberto Toutin, superior general SS.CC, se halla en la isla Oahu (Honolulu) del Pacífico central, que forma parte del archipiélago de Hawái. La isla vecina Maui ha hecho noticia en estos días por el devastador incendio cuyas imágenes dan vuelta el mundo. He aquí su testimonio de la catástrofe y su vivencia espiritual en las tierras del Padre Damián.

El impacto del incendio en Maui ha sido mundial. La voracidad de las llamas ha calcinado en minutos a personas y bienes, turistas y residentes. Es un incendio que no solo afecta un lugar determinado, sino que, por su geografía, sus habitantes tienen diseminadas las redes de familia y amistad por todas las islas del archipiélago de Hawái.

Por ello, siendo además un lugar importante para nuestra congregación, nos contactamos con nuestro hermano Alberto Toutin, quien en sus funciones de superior general SS.CC. se halla en visita canónica en ese lugar que pertenece a la provincia religiosa de Estados Unidos. Lo hace junto con Derk LIverty, irlandés, también integrante del gobierno general.

“El incendio en Maui ha sido ha sido muy conmovedor y ha afectado una zona en particular que es la histórica ciudad turística de Lahaina”, nos comenta Alberto que dispone de información fresca gracias a sus hermanos SS.CC. y familiares.

“Un incendio muy, muy fulminante, devastador”, continúa, “que partió en un sector cercano a la costa y se extendió inmediatamente, arrasando a la población de Lahaina. En el desastre se confabularon los fuertes vientos del huracán Dorian, el fuego, y el descenso de montaña; de manera que no hubo posibilidad de reaccionar con rapidez”.

“Las personas que incluso intentaron salir de la isla en sus autos fueron alcanzadas por las llamas y murieron calcinadas. Hasta hoy, viernes 11 de agosto por la noche, iban contabilizados 67 muertos” (más de 80 indicaban las agencias en la madrugada siguiente).

Lahaina tiene una población de alrededor de 13 mil habitantes, según el censo de EE. UU. de 2020, ha estado habitada durante más de mil años y desempeñó un papel importante en la historia de Hawái, sirviendo como sede de importantes acontecimientos reales y religiosos. El desastre provocado por este incendio no es solo estructural, sino que también cultural.

─ ¿Participa la congregación en acciones solidarias?

─ Esta catástrofe ha despertado una gran solidaridad en las iglesias en general y en la diócesis de Honolulu en particular. Por supuesto, también nuestra congregación ya se ha vinculado a esa actividad. De hecho, así lo hace la comunidad de María Lanakila (que significa «María Victoriosa», en el idioma hawaiano el equivalente a «Nuestra Señora de la Victoria»), fundada por los SS.CC. en 1846.

Alberto nos relata un hecho que convoca a la esperanza. Nos cuenta: “es muy impresionante que todo el sector alrededor del templo ha sido completamente destruido, salvo la iglesia, la que quedó como un testimonio del ‘desastre natural’ como lo ha llamado el gobierno de Estados Unidos. El edificio religioso, que también es lugar de convocatoria de otras comunidades religiosas, ha permanecido intacto como una pequeña luz de esperanza para las personas que han perdido familiares, casas, y sus fuentes de trabajo.

Iglesia María Lanakila, fundada por los SS.CC. en 1846. (Foto: Usa Todoy).

Maui destacó en el pasado porque fue capital del Reino de Hawái. Luego se convirtió en un importante foco de desarrollo pesquero y ballenero, y después sus plantaciones de azúcar han sido, durante mucho tiempo, su principal fuente de ingresos, tanto para Maui como para todo Hawái. Hoy se vive gracias al turismo.

“Muchos de los turistas actuales han sido trasladados a Honolulu, siendo albergados en un centro de convenciones, en el centro de la ciudad, a la espera de volver a sus respectivos países”, nos informa nuestro superior general.

─ ¿Qué has sentido al recorrer las tierras del Padre Damián?

─ Con Derk estamos terminando nuestra visita a la provincia de Estados Unidos, y aquí en Honolulu tuvimos la oportunidad de ir el lunes pasado a Molokai, y estar en Kalaupapa, lugar donde estuvo viviendo el Padre Damián.

Alberto Toutin (en pie, der. sup.) junto sus hermanos en la visita canónica de Hawái (Foto: SSCC Picpus).

“Nos vuelve a emocionar esta tierra santa donde vivió nuestro hermano Damián, su testimonio y el de otras personas que se sumaron en su época a su misión, como la hermana Mariana Cope, religiosa alemana y franciscana de Siracusa, cuya congregación tuvo a cargo el orfanato de niñas. Ambos, Mariana y Damián, ya han sido declarados santos.

“También, es la tierra de Joseph Dutton, un veterano de la Guerra Civil de Estados Unidos y teniente del Ejército de la Unión que, a los 40 años de edad, cuando oyó hablar del Padre Damián, se convirtió al catolicismo y trabajó como misionero con él. Así se consagró de por vida al servicio de las personas que el sacerdote belga cuidaba en la isla de Molokai. Dutton está en la fase diocesana de su proceso de canonización.

“De modo que son tres figuras importantes de santidad en estas tierras”, nos señala Alberto. “Nuestro hermano Jozef de Veuster, la religiosa Mariana Cope y el laico Joseph Dutton, quienes se estimularon mutuamente al servicio de los leprosos y consagraron toda su vida a hacer de Molokai, que era un destino último de abandono, un lugar digno para vivir y morir. De hecho, hasta el día de hoy quedan allí solo cuatro leprosos vivos, todos ellos ya mayores de edad, sobre 90 años”.

“La memoria de estas figuras de santidad está viva en ese lugar y son referentes para toda la diócesis de Honolulu. En la Catedral de Nuestra Señora de La Paz hay reliquias de los santos Mariana y de Damián. También en el Capitolio y en el Palacio del Estado de Hawái, está la figura de nuestro hermano Damián”.

─ ¿Qué es lo que más te llama la atención de estas figuras de Molokai?

Las tres figuras de Molokai: estatua del p. Damián en la entrada del Capitolio y luego los retratos de Mariana Cope y Joseph Dutton.

─ Me vuelve a sorprender la radicalidad de esas personas y cómo fueron tocadas en el corazón por el Evangelio. Ellas fueron capaces de superar todas las barreras culturales y religiosas que les surgieron. Lo hicieron con el criterio unificador de entrega y servicio a esas personas, a esos leprosos de los que el mismo Damián se hizo uno de ellos.

“Como escribe en la Biblia que dedicó a Robert Louis Stevenson, escritor que fue a visitarlo en 1881: ‘estuve enfermo y me visitaste’. Así Damián se identificó tanto con los leprosos como con el Cristo que se hace leproso”, concluyó.

Imagen archivada de la Catedral de Nuestra Señora de la Paz del Padre Damián con el Coro de Niñas de Kalawao, en Kalaupapa, Moloka’i, alrededor de 1878.(Foto: commons.wikimedia.org).