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Sandro Mancilla sscc: “Tenemos que cuestionarnos como hermanos Sagrados Corazones” 

El nuevo Superior Provincial, se refiere a este nuevo desafío que comienza, confiado en la voluntad de Dios, pidiéndole a sus hermanos disposición para el cambio y  teniendo como carta de navegación el Capítulo Provincial NºXX,  que nos invita a una transformación cultural.

Nuestro hermano Sandro Mancilla, está muy atareado, organizando esta nueva vida como Superior Provincial y además párroco de la parroquia San Pedro San Pablo de la Granja, desde hace cuatro años. Comunidad de origen, que lo vio crecer y dónde se gestó su vocación religiosa, inspirados en los hermanos Sagrados Corazones, que lo dieron todo en tiempo de la Dictadura Militar comprometidos con la sociedad, entre los que recuerda al padre Diego Silva y Esteban Gumucio, una figura muy destacada en esta parroquia.

 

¿Cómo estás frente a este nuevo desafío como Superior Provincial de los Sagrados Corazones?

Confiado en la voluntad de Dios, a pesar que estemos viviendo tiempos difíciles en la Iglesia y en la congregación.  En las crisis uno se queda lamentándose o las vive como una oportunidad y en mi caso siento que las dificultades generan cosas nuevas y siempre hay que  buscar lo que Dios está haciendo con nosotros y  cuestionarnos. En esta actitud, para mí el Capítulo Provincial Extraordinario, fue como una señal de que Dios quiere que hagamos algo distinto y no cuestionar hacia fuera, la cultura, la sociedad, más bien cuestionarnos nosotros, como hermanos sagrados corazones.

De esta forma el punto de inicio de su provincialato es el autocuestionamiento y el discernir la voluntad de Dios en lo que se avecina y en esta línea le pide a sus hermanos, que estén disponible para estas transformaciones, tanto anímica como espiritualmente.

 “Volver a las raíces de lo que somos, de nuestra identidad, que nos da ese sustento para poder servir. Entonces es  volver al Evangelio, a nuestro carisma, al llamado que Dios nos ha hecho, porque desde ahí podemos tener la fuerza para transformar lo que haya que transformar. En el fondo la transformación desde la perspectiva espiritual, equivale a la metanoia y a la conversión personal, que estamos haciendo siempre a partir del Evangelio, pero para eso tenemos que disponernos”, expresó Sandro, quien además, fue parte de la comisión central que organizó el XX Capítulo Provincial. 

 

Un rostro renovado de la Provincia SSCC Chile-Argentina 

El nuevo provincial sabe que la realidad es compleja, pues son cada vez menos hermanos, pero insiste que es posible volver a encontrarse en lo esencial : “Somos un grupo tan pequeño y frágil, pero podemos reconstruirnos. Recreemos nuestra identidad para poder servir mejor a los pobres, a la Iglesia, al mundo y  colaborar con otros, yo creo que por ahí va el llamado, cómo animarnos con las fuerzas que tenemos. El Evangelio siempre parte de cosas muy pequeñitas, que se hacen grandes, pues la fragilidad, la pequeñez desde el Evangelio no es una amenaza,  más bien son siempre una posibilidad, desde lo pequeño es que Dios construye su reino. Entonces, no miraremos la fragilidad en los números pequeños de hoy como una amenaza, sino más bien vivámoslo desde el Evangelio, seguramente que ahí algo Dios puede hacer. Así actúa Dios, no desde el poder, sino desde lo pequeño, desde lo humilde y de lo frágil”, expresó con convicción Sandro.

Tiene grandes sueños por cumplir para la congregación y para la Iglesia, cuando le preguntamos por ellos, recuerda al Papa Francisco y la imagen del poliedro como camino a la comunión en las diferencias. Aspira que la espiritualidad Sagrados Corazones sea un cuadrito de ese poliedro, que puede brillar mucho, pero siempre con otros, en sinodalidad: “Somos parte de este poliedro junto a otras espiritualidades, con otros modos de vivir el Evangelio, aportando y con otros actores sociales también. Yo creo que algo de eso he aprendido en San Pedro y San Pablo con mucha fuerza, que es una parroquia que interactúa con muchos otros actores sociales, que se valida no porque tiene la palabra de lo que hay que hacer, sino porque colabora con otros, se apoya con otros”.

 ¿Cómo aportar desde la espiritualidad Sagrados Corazones a este poliedro?

 Nuestra consagración es de  los Sagrados Corazones de Jesús y de María y el contenido ahí es el amor, que es el corazón del Evangelio. Entonces, estamos consagrados al corazón del Evangelio y las tareas que tenemos, tienen mucho que ver también con eso. 

La contemplación en la adoración, no es solo un momento intimista , es un momento de reparación. Tenemos la vida comunitaria, la fraternidad y  la misión,  que para mí no está fuera, está en uno mismo, cuando estamos viviendo en comunidad, haciendo comunidad, estamos en misión, pues ahí se irradia el amor de Dios, que también es la fraternidad. Con el apostolado anunciamos ese amor de Dios, que hemos vivido, hemos conocido, lo vivimos diariamente, lo contemplamos y  lo anunciamos también. Entonces esta espiritualidad rica, que hemos heredado también puede ser un aporte para el mundo, para la Iglesia.

 Crisis Vocacional 

 A pesar de la riqueza de la espiritualidad Sagrados Corazones, la crisis vocacional ha tocado nuestra puerta, bien lo sabe Sandro, quien se prepara para cumplir 25 de sacerdote, de los cuáles más de 20 ha dedicado a la formación y vive con tristeza esta crisis, que sin duda nos obliga a hacer una autocrítica como Iglesia.

 Desde tu mirada de formador :¿Qué estamos haciendo mal ?

Es  súper frustrante si uno lo mira desde la perspectiva de los resultados, yo me he esforzado,  he sudado la gota gorda como se dice, he cuidado de cada uno de los jóvenes que han estado a mi cargo y se han ido casi todos. Siento que hay varios temas que hay que asumir: Uno es el tema cultural, el modo que tiene la vida religiosa,  le cuesta mucho a los jóvenes de hoy. También el ambiente eclesial es muy difícil, representar a la iglesia como sacerdote, por ejemplo, es un peso enorme. 

 Asimismo nuestras propias limitaciones, uno de los elementos que más entusiasma a los jóvenes, además de esa dimensión mística, es la fraternidad. El Capítulo, obviamente, nos puso el dedo en la llaga, en la parte fraterna, entonces si se debilita esa dimensión, para los jóvenes es muy difícil. 

 Y …¿Cómo lo enfrentamos ?

Yo sigo peleando por la formación y estamos en un proceso de revisión de todos los programas formativos que tenemos, desde el postulantado hasta la ordenación, con la intención de lograr alguna certificación externa, que  la Iglesia nos reconozca nuestro programa formativo, de manera que los jóvenes sepan cuando entran, que están entrando en un lugar seguro. Tengo harta esperanza de que esto pueda también ayudar a que los jóvenes vean, que es una posibilidad real, una propuesta consistente también de vida.

 

 La espiritualidad, la amistad  y la familia 

En medio de estos vertiginosos cambios, Sandro, no quiere olvidar lo esencial, que es su relación con Dios, su dimensión espiritual. Lo que lo nutre es ese tiempo tranquilo de oración diaria, en la capilla de su casa, convencido que es  el momento más importante del día, “si no está este espacio, todo lo demás se diluye”, comenta respecto a cómo vive su espiritualidad, que también la acompaña de la lectura, hoy lee a Thomas Merton, monje trapense y  teólogo, un maestro que lo inspira.

Otra fuente de inspiración está en su familia, sus hermanas, hermanos y su madre, a quienes visita a menudo, pues viven en el sector de la parroquia San Pedro y San Pablo.

También se nutre de sus amigos y su director espiritual, por lo que se siente muy acompañado, sostenido y apoyado. 

Del mismo modo, le pide a sus hermanos de la Congregación de Los Sagrados Corazones, que lo acompañen en esta misión como Superior Provincial, que estén disponibles: “Volvamos a nuestra identidad, siempre decimos lo mismo, pero yo creo que hay que decirlo para hacerlo, volvamos a nuestro carisma”, finalizó Sandro.