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Obispos chilenos piden animar en la esperanza

La Conferencia Episcopal de Chile celebró su 128a. Asamblea Plenaria en Santiago del 13 al 17 de noviembre. Al concluir, emitió una declaración pública en que señala que «nuestro país vive momentos complejos en el ámbito social, político y económico. Nos preocupan las situaciones de corrupción y el aumento de la violencia y la criminalidad entre nosotros».

Luego indica que «junto con combatir con decisión el delito, es indispensable animar la esperanza, fortalecer el tejido social, atender a la calidad de vida y a la reparación del daño que el narcotráfico y la pobreza producen en tantos niños, niñas, jóvenes y familias de nuestro país».

«Desde nuestras comunidades cristianas, y en colaboración con otras organizaciones sociales, queremos contribuir a enfrentar este urgente desafío, expresando ese compromiso de fe y solidaridad que tantas veces los grupos de Iglesia saben mostrar ante las necesidades de los demás», afirman.

En cuanto al plebiscito el próximo 17 de diciembre, los obispos dicen «que es tiempo de acuerdos, no de divisiones y confiamos que participen activamente todos quienes deben votar, informándose adecuadamente, discerniendo en conciencia y manifestando su decisión mediante su voto. Al igual que para la anterior propuesta, en esta ocasión entregaremos un documento para el discernimiento en los próximos días», según informaron.

El texto completo de la declaración es el siguiente:

“Hagan lo que Él les diga” (Jn 2,5)
Declaración de la 128ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile

La Conferencia Episcopal de Chile, reunida en la 128ª Asamblea Plenaria, quiere compartir con el Pueblo de Dios que peregrina en nuestra patria un mensaje al término de nuestro encuentro.

  1. Nuestro país vive momentos complejos en el ámbito social, político y económico. Nos preocupan las situaciones de corrupción y el aumento de la violencia y la criminalidad entre nosotros. Junto con combatir con decisión el delito, es indispensable animar la esperanza, fortalecer el tejido social, atender a la calidad de vida y a la reparación del daño que el narcotráfico y la pobreza producen en tantos niños, niñas, jóvenes y familias de nuestro país. Desde nuestras comunidades cristianas, y en colaboración con otras organizaciones sociales, queremos contribuir a enfrentar este urgente desafío, expresando ese compromiso de fe y solidaridad que tantas veces los grupos de Iglesia saben mostrar ante las necesidades de los demás.

  1. Ante la nueva Propuesta de Constitución Política que será sometida a plebiscito el próximo 17 de diciembre, como pastores buscamos colaborar en la construcción de puentes de encuentro y diálogo entre los diversos sectores de la sociedad que priorizan el bien común antes que los intereses personales. Reiteramos que es tiempo de acuerdos, no de divisiones y confiamos que participen activamente todos quienes deben votar, informándose adecuadamente, discerniendo en conciencia y manifestando su decisión mediante su voto. Al igual que para la anterior propuesta, en esta ocasión entregaremos un documento para el discernimiento en los próximos días.
  2. Hemos recibido los ecos de la Primera Sesión del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad que el papa Francisco convocó durante el mes de octubre en Roma. Por primera vez en un Sínodo de esta naturaleza participaron mujeres y laicos con voz y voto. Ante tanta diversidad de procedencias y sensibilidades, se experimentó sed de unidad: “que todos sean uno” (Jn 17,21). Nos damos, así, la oportunidad de imaginar un futuro diferente para la Iglesia y fortaleceremos los procesos de escucha, de diálogo y de discernimiento comunitario que venimos desarrollando, en los que todos y cada uno puedan participar y contribuir.
  3. Nos alegra la preparación de la Primera Jornada Nacional de la Juventud, previsto para enero de 2025, bajo el lema “Jóvenes peregrinos de la esperanza”. Esperamos reunir jóvenes de nuestro país en La Serena, que animados por el Espíritu ayuden a renovar la Iglesia y construyan un país más justo y solidario, cuidando la casa común, abrazando a los pobres y marginados siendo testigos del amor de Dios.
  4. Acogemos el mensaje profético del papa Francisco en la reciente Exhortación Apostólica sobre la crisis climática “Laudate deum”, donde reconoce que la vida humana no se puede comprender ni sostener sin las demás criaturas y advierte que “el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre” (LD 2).
  5. Tierra Santa está siendo golpeada una vez más por la violencia, el odio y la muerte. Miramos con misericordia la tierra que fue el hogar terrenal de Jesús. Dirigimos nuestras oraciones a Dios por las víctimas, así como a sus familias y comunidades. Pedimos el fin de la espiral de terror y sufrimiento de la guerra en Tierra Santa, en Oriente Medio, en Ucrania y en tantos conflictos olvidados, que viven horas de terror y angustia. ¡Que la paz y la justicia florezcan de nuevo en todos estos lugares!

Deseamos que este tiempo dedicado a nuestra Madre, la Virgen María, sea oportunidad para que ella nos acompañe y proteja. Inspirados en nuestra Madre, asumimos con confianza su llamado: “Hagan lo que Él les diga” (Jn 2,5).

CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE
San Francisco de Mostazal, 17 de noviembre de 2023