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Con un concierto se reinauguró  el órgano Cavaille-Coll en el templo Sagrados Corazones de Valparaíso 

Melodías, silencios, emociones y recuerdos inundaron este templo, la tarde del martes 28 de noviembre, donde volvió a sonar este instrumento con más de 150 años de historia.


Este concierto fue organizado por la Fundación Espacio Cultural de los Sagrados Corazones y estuvo a cargo del organista Jaime Carter Hernández, quien interpretó música variada de corte clásica, quien interpretó famosas melodías como Preludio y fuga en Do menor BWV 546 J.S.Bach o Suite “sept pieces pour orgue” T.Dubois (1837-1924), entre otras interpretaciones.

Asistieron a este evento musical, representantes del mundos de la artes, laicos y laicas ligados al templo y religiosos de la Congregación de Los Sagrados Corazones, entre ellos su Superior Provincial Sandro Mancilla sscc, quien sostuvo que la restauración de este órgano, tiene una importancia cultural, que va más allá del templo mismo: “Es un aporte a Valparaíso, su Iglesia y la cultura, pues confluyen diversas tradiciones y entre ellas lo que significó la presencia de nuestra Congregación que llega desde Francia a fundarse en esta ciudad”. Además, señaló que desde la perspectiva artística, también hay un aporte a través de los vitrales, las esculturas, la arquitectura del templo: “En ese sentido el órgano es un símbolo que confluye en esas dos líneas está al servicio litúrgico, religioso y tiene esa dimensión artística que pudimos apreciar en el concierto”, expresó Sandro.

Por su parte Carlos Valdebenito, restaurador del órgano, se refirió a la música que escuchamos en el Concierto: “Inició con Willians Matthias, un joven y prolífico compositor contemporáneo inglés. Theodore Dubois, un compositor que podríamos llamar academicista y aunque sus obras mantienen las formas clásicas, no se complica a la hora de experimentar nuevas sonoridades. Bach, aunque es un compositor del período barroco, marca un antes y un después en la música universal. Toda la música que escuchamos, clásica o popular tiene su influencia en Bach. Finalizó el concierto con el más grande de los compositores franceses para órgano, César Franck. Su obra es un monumento. Señala el camino al impresionismo musical que vendrá después. De él se interpretó el coral en Lam”.

El restaurador también profundizó sobre su trabajo con este instrumento que tiene más de 150 años de historia: “No solo se pone en funcionamiento un instrumento, que ha tenido varios problemas principalmente producido por los sismos a los que estamos acostumbrados, sino también por el valor de este órgano. Es lejos el mejor órgano del país, el más complejo y completo para desarrollar música del período romántico, especialmente francés. La firma constructora es un ícono de perfección en todo el mundo. Mantener este instrumento en buenas condiciones es una responsabilidad cultural que la Congregación ha entendido muy bien”, indicó Valdebenito.

En tanto, Edmundo Bustos, presidente de la Fundación Espacio Cultural de los SSCC y director de la Editorial de la PUCV, señaló que para esta fundación es muy importante la recuperación y la valoración de los bienes materiales e inmateriales del espacio de la Iglesia en Valparaíso: “En la línea de preservar y valorizar, organizamos este primer concierto de reinauguración con el propósito de dar a conocer el trabajo que ha desarrollado la Fundación, el compromiso de la Congregación en la recuperación de su patrimonio y también para difundir las actividades que estamos realizando permanentemente”. Junto a ello, también destacó la preservación de la obra de Antoine Knibily, que está en la sala que lleva su nombre, que tiene una muestra permanente de sus obras y otros espacios para muestras transitorias, lo que les permite interactuar con la generación de nuevos artistas.
Este instrumento fue fabricado en 1871 por el más destacado constructor de órganos de todos los tiempos el luthier francés Aristide Cavaillé-Coll (1811-1899) y declarado monumento nacional en el año 2013.

Historia del órgano Cavaille-Coll

Se trata de un instrumento construido en 1871 por el luthier francés Aristide Cavaillé-Coll (1811-1899), considerado el más destacado constructor de órganos de todos los tiempos; entre ellos, el de Notre Dame y Saint Sulpice, en Francia, elaborados en 1868, casi en la misma época que el de Valparaíso.
El órgano fue donado al templo Sagrados Corazones, por el ingeniero anglicano de origen inglés Enrique Meiggs, constructor del ferrocarril entre Valparaíso y Santiago. De los 685 órganos musicales que construyó Aristide Cavaillé-Coll, diez llegaron a Chile en las últimas décadas del siglo XIX, entre ellos el del templo

El año 2004 este órgano fue restaurado por Jean François Dupont, quien vino desde Francia a realizar estos arreglos, en el contexto del proyecto de colaboración entre Chile y Francia, denominado “Caminos del Barroco”. Se trata de instrumento de 24 registros, con 1500 tubos distribuidos en 23 registros, que fue adquirido en París en 1871 y enviado a Chile en el año 1872. Los tubos de diferentes tamaños, están hechos con una aleación de estaño y plomo, y también hay tubos bajos que mezclan madera y metal, en lo que corresponde al área de pedal.

El mueble o cuerpo del órgano está confeccionado en encina y roble francés y se conserva original. El instrumento mide alrededor de siete metros de alto por cinco de ancho. Es un órgano que se llama principal de ocho pies, es un instrumento destacado que imita trompetas, flautas y violines.
La restauración consistió principalmente en la conservación de los tubos y de la delicada mecánica de instrumento, además de una profilaxis y conservación general.

El 2013 el órgano Cavaille-Coll fue declarado Monumento Nacional por un decreto publicado en el Diario Oficial con fecha 12 de septiembre, junto a otros siete instrumentos musicales, siendo el más grande el de los Sagrados Corazones de Valparaíso. Sin embargo, en el contexto de todos los órganos construidos por el luthier, este corresponde a uno mediano.

Carlos Valdebenito se dedicó durante los últimos meses a recuperarlo. Él se formó como restaurador en Francia, cuna de algunas de las más hermosas catedrales góticas del mundo y donde están, precisamente, algunos de los órganos más célebres. Durante su formación, tuvo la oportunidad de conocer también algunos Cavaillé-Coll y el que a la vez sea su más famosa creación: el órgano de la catedral de Notre Dame de París.