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Parroquia San Pedro y San Pablo reabre su templo renovado en una emotiva celebración comunitaria

Con emoción y mucha esperanza, el domingo 4 de mayo esta comunidad celebró la bendición del templo remodelado y del Memorial del Siervo de Dios Esteban Gumucio sscc. La jornada coincidió con el 24° aniversario de su pascua, lo que dio un marco profundamente espiritual y simbólico a esta fiesta tan esperada.

 

Tras cinco meses de trabajos de renovación, entre octubre de 2024 y abril de 2025, la comunidad pudo por fin reencontrarse en un templo completamente restaurado. Las obras incluyeron mejoras estructurales en muros, piso, cielo, iluminación, sonido, baños, oficinas, capilla y un nuevo techo para el Memorial del Padre Esteban.

 

La eucaristía fue presidida por el obispo auxiliar de Santiago, Álvaro Chordi, y concelebrada por Sandro Mancilla sscc, superior provincial; Magín Vega sscc, párroco; y Alex Vigueras sscc, vicepostulador de la causa de  Esteban Gumucio. También participaron hermanos sscc, diáconos permanentes y cerca de 300 personas provenientes de diversas comunidades.

La celebración se inició con la bendición, realizada por los celebrantes y representantes de cada una de las comunidades cristianas, de las remodeladas dependencias que lucían esplendorosas.

Durante la misa, se agradeció especialmente a la Fundación Silva Bascuñán, a la Congregación de los Sagrados Corazones y a todos quienes hicieron posible el financiamiento y ejecución del proyecto.

El padre Magín Vega sscc, párroco, expresó su alegría por poder cosechar el fruto de un proceso iniciado muchos años atrás: “Yo cosecho algo que otros sembraron. Esto viene de al menos diez años atrás, partió con René Cabezón sscc cuando se proyectó la construcción de un templo nuevo. Después el proyecto quedó a medio camino por los recursos, y con Sandro se reimpulsó la idea de una remodelación viable, con el apoyo de la Fundación y de la Congregación”.

Destacó que estos nuevos espacios “más blancos, abiertos y dignos” permiten un encuentro más fluido entre los fieles, favorecen la comunión parroquial y también la formación, el diálogo y la participación en clave sinodal. Señaló además un fruto inesperado del proceso: “Durante este tiempo los jóvenes tuvieron que reunirse fuera del templo, y eso permitió que varios nuevos se sumaran. Partieron 11 y hoy ya son 20”.

Los trabajos significaron un gran esfuerzo para toda la parroquia. Durante los primeros meses, las misas se realizaron al aire libre, en el frontis del templo; luego, al comenzar la intervención de oficinas y fachada, las celebraciones se trasladaron al albergue parroquial, donde incluso se celebraron Navidad y Semana Santa. Cada domingo implicaba mover e instalar todo lo necesario desde cero, lo que fue muy demandante para los equipos de liturgia y el coro.

Katia Muñoz, del Comité Ejecutivo Parroquial, expresó con emoción:

“La remodelación del templo y las salas del memorial del Padre Esteban son un sueño. Más de 10 años con esta ilusión que hoy podemos decir por fin. Por fin tenemos salas iluminadas y espaciosas, baños impecables y un gran templo donde podemos recibir cómodamente a todos”.

También destacó la alegría que se vivió ese domingo: “Vi muchas caras conocidas, pero más aún, muchos rostros felices. Vi muchas manos alzadas cuando preguntaron quiénes conocían al Padre Esteban, quiénes oraban con él. Entonces ahí es donde uno se conecta con el poder mirar a la otra persona”.

Desde la comunidad Padre Esteban Gumucio también compartieron lo que significó vivir este proceso: “Al sentir el sonido de la campana en nuestra sede parroquial sentimos una emoción tan difícil de describir. Fue una espera eterna, llena de angustia, desesperanza y ansiedad. Cada día teníamos que desocupar dependencias, buscar lugares para nuestras reuniones, sacar y entrar sillas cada domingo. Pero llegó el día. Gracias, Señor, por tan bello regalo. ¡¡Tata Esteban, tu casa está lista!!”, señalaron con gratitud Zainel, Anny y Lyli, del Equipo de Animación.

Por su parte, Verónica Jauregui, coordinadora del Consejo Parroquial, comentó: “Fue impresionante ver la alegría de la gente, la felicidad que sentían de ver el templo, cómo extrañaban entrar, participar… varios se acercaron para decirme que valió la espera de estos cinco meses”.

Mons. Chordi invitó a toda la comunidad a renovar su compromiso con los más pobres y con la Iglesia sinodal que soñaba el Padre Esteban. “Vamos a pedirle al Señor para que su carisma de los Sagrados Corazones se siga irradiando y afectando la vida de tantos. Que así sea. Amén”, concluyó.

Los asistentes a esta misa recibieron un frasco de agua bendita para bendecir sus familias y hogares como prolongación del templo parroquial. También para encomendar a sus enfermos al Padre Esteban.