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Mártires de Picpus: testigos del Evangelio en medio de la violencia

A 154 años de su martirio, recordamos a cuatro religiosos de los Sagrados Corazones y al padre Henri Planchat, fusilados durante la Comuna de París. Un video y una reflexión de archivo del Superior General Alberto Toutin sscc actualizan el valor de su entrega.

Este 26 de mayo se cumplen 154 años del martirio de los llamados Mártires de Picpus, cuatro religiosos de la Congregación de los Sagrados Corazones —Ladislas Radigue, Polycarpe Tuffier, Marcellin Rouchouze y Frézal Tardieu— junto al sacerdote Henri Planchat, de la Congregación de San Vicente de Paul. Fueron fusilados en París durante la Comuna de 1871, en un contexto de efervescencia social y persecución religiosa.

En 2023, con ocasión de su beatificación en París, el Superior General Alberto Toutin sscc compartió una profunda reflexión titulada “La inquietante actualidad de los mártires de Picpus”, publicada en la revista Nuestra Vida y acompañada por un video que también será difundido hoy como testimonio vivo de esa memoria.

“Los mártires saben poner en el claroscuro de la violencia, la luz del amor entregado, al modo de Jesús”, señala Toutin.

Los cinco fueron arrestados sin más delito que el de ser sacerdotes y religiosos. Aun sabiendo del peligro que corrían, eligieron quedarse con su pueblo.

“Más vale ser demasiado entregados que cobardes”, escribió Ladislas Radigue al entonces Superior General.

Las hermanas de la Congregación también vivieron este compromiso: abrieron las puertas del convento de Picpus para acoger heridos durante el asedio de la ciudad, convirtiéndolo en hospital de campaña.

En su reflexión, Toutin conecta este testimonio con el de mártires contemporáneos como los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, asesinados en 2022 en la Sierra Tarahumara, México.

“Hay un momento en que, mirando a la cara la realidad y asumiendo los propios miedos, a los discípulos y discípulas de Jesús, el corazón les pide permanecer junto a los que más sufren”, dice el Superior General.

Los mártires de Picpus no murieron engañados. Vivieron su vocación con radicalidad, como expresa la oración que Frézal Tardieu llevaba siempre consigo:

“Concédeme tender constantemente hacia ti por amor y por agradecimiento y llegar a ti por la palma del martirio”.

Hoy, su memoria sigue inquietando, incomodando y despertando a una Iglesia en salida, fiel al Evangelio hasta las últimas consecuencias.