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Renovación de los ministros de la eucaristía en la parroquia San José de Libertad

Por Matías Valenzuela ss.cc.

El pasado sábado 24 de junio hemos celebrado con mucha alegría en nuestra parroquia de San José de Libertad, porque han renovado su compromiso como ministros de la eucaristía veinte agentes pastorales y a la vez se han instituido cuatro ministros nuevos. Este es un ministerio laical, es decir, es un servicio que hermanos laicos prestan a las comunidades de la parroquia, desde hace ya muchos años, sirviendo en sus comunidades como verdaderos pastores y pastoras, ya que ellos llevan la comunión y a la vez animan la reflexión de la palabra de Dios. Para las capillas de nuestra parroquia ellos son un regalo y por lo mismo su renovación fue celebrada con genuina gratitud.

Solo para que se entienda un poco el contexto en que se vive esto, quisiera explicar que hasta hace unos siete años atrás la parroquia era atendida por un solo sacerdote, el padre Juan Carlos Martínez, que falleció el año 2009 y en ese momento ya había cerca de catorce comunidades. Por lo que el sistema era que en cada capilla había misa cada cierto tiempo pero los otros domingos la celebración dominical era presidida por un diácono por un ministro laico. Lo cual hizo que este servicio fuera indispensable para el funcionamiento de la parroquia y de mucho valor.

Este año, antes de la renovación de los ministerios, hemos realizado un curso para los ministros, con siete sesiones. Desarrollando temas como: liturgia, eclesiología, espiritualidad, cristología, expresión corporal y homilía. A la vez, hemos tenido un retiro en el que hemos podido compartir con ellos su fe y su amor por el servicio que prestan. Para los que acompañamos este proceso ha sido muy hermoso e inspirador ver hermanos con una fe tan profunda que han ido ahondando en su experiencia del Señor a través del contacto cotidiano con el pueblo de Dios, en las comunidades y en los barrios, a tiempo y a destiempo. Ofreciendo un servicio que les implica sacrificar tiempos personales o familiares, pero que lo hacen con gran generosidad y cariño y sobre todo como un verdadero acto de amor a Dios.

Así, en la misa del domingo 24 en la tarde con una iglesia llena, que era verdadero signo de esa comunidad de hermanos que queremos formar, con niños, jóvenes, adultos y ancianos, compartiendo desde una gran horizontalidad y sobre todo con gran fraternidad. Los ministros renovaron su compromiso y cuatro hermanos lo hicieron por primera vez. Hubo signos, oraciones, cantos, aplausos y mucha alegría. Los textos bíblicos que nos inspiraron fueron el encuentro de Felipe con el etíope a quien explica las escrituras y luego bautiza y a la vez el texto de la visitación, donde nuestra madre María lleva al Señor en su seno para gran alegría de su prima Isabel y del Bautista que también lleva en su vientre. Todos puestos en camino, animados por el Espíritu del Señor para anunciar el amor de Dios.

La fiesta se prolongó en el salón parroquial donde nuestro párroco Ricardo Sotomayor junto a otros hermanos había previsto un guiso de lentejas para todos y una rica mesa de postres que había preparado el Centro de Formación profesional. Y todo concluyó con mucho baile donde se lucieron las chacareras, los chamamé y las cumbias. Por todos estos dones y por la comunión parroquial damos muchas gracias al Señor y le pedimos que nos siga bendiciendo en este camino de servicio a su pueblo y en especial a los más pobres.