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Celebrando La Candelaria, Obispo de Copiapó pide ser «creativos en buscar y crear los espacios de decisión conjunta»

El evangelio de la eucaristía para celebrar a la Virgen de La Candelaria, aludía a la sanación de una mujer. Por ello, el obispo de Copiapó, Ricardo Morales, comenzó su reflexión diciendo que la realidad de la enfermedad es difícil de entender, “muchas veces nos visita cuando menos lo esperamos, a veces ataca a niños, a personas llenas de vida. Y frente a ese no entender, aparece Jesús que se hace presente en nuestro dolor y enfermedad, porque él ha venido a alentar el corazón, a fortalecer y sanar”.

Monseñor Morales, quien es obispo en una diócesis caracterizada por la actividad minera y donde la Virgen de la Candelaria es la patrona de quienes trabajan en el sector, dijo que “en este caminar de dolor y enfermedad no estamos solos, Jesús nos ha regalado una madre atenta y solícita, que siempre está para escucharnos y consolarnos, también a la familia del enfermo”.

Añadió: “digamos una palabra de gratitud a quienes tienen la misión de cuidar a los enfermos”, y agregó que “a veces el enfermo no se da cuenta de todo lo que se mueve detrás para acompañarlo y sostenerlo, a veces son algunos, o algunas, las que se llevan la misión de cuidar a enfermos o adultos mayores. Cuando llega la muerte todos lloran, pero ¿quién cuidó a la mamá, al papá o la abuelita?, para esa persona no hay reconocimiento”, indicó.

Posteriormente, Mons. Morales, junto al rector del santuario, sacerdote Francisco Javier Medina, administraron el sacramento de la unción a las personas presentes en la asamblea. Al finalizar, impartieron una bendición especial para las cuidadoras y cuidadores, quienes también recibieron un pequeño recuerdo.

Novena en Sinodalidad

Durante la novena, consigna el portal del Obispado de Copiapó, el obispo continuó la revisión del documento preparatorio para el Sínodo de la Sinodalidad que impulsa el papa Francisco. Planteó que “hablamos de una iglesia en salida, misionera, de puertas abiertas”. Reiteró que “estamos invitados como diócesis a reconocer que la comunión es también participación”, subrayando la necesidad de ser “creativos en buscar y crear los espacios de decisión conjunta prestando especial atención a los laicos y a las mujeres para saber discernir y tomar las decisiones que el Espíritu nos pide”.

Historia

La fiesta de La Candelaria es cada 2 de febrero y congrega a miles de fieles en la diócesis de Copiapó y en otros lugares de Chile. Esta festividad se remonta a 1778, en que el arriero Mariano Caro Inca encontró la imagen en la cordillera, cerca del salar de Maricunga.

Según el portal de Memoria Chilena, el milagroso hallazgo atrajo los peregrinos, lo que motivó al párroco a construir un santuario en 1800, que fue reconstruido tras un incendio en 1922. Con el tiempo, la fiesta se ha constituido en un referente indiscutido de la religiosidad popular de la región de Atacama, y se han organizado cofradías de bailes chinos que, al igual que en Andacollo, agrupan a pequeños mineros de la zona que se preparan todo el año para festejar a su patrona.