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Reñaca Alto: con Jesús Sacramentado ministros y ministras de la eucaristía animan la esperanza

La renovación de su compromiso como ministros de comunión, realizaron 21 hermanas y hermanos laicos de la parroquia Jesús Misionero de Reñaca Alto.

La celebración tuvo lugar el domingo 19 de junio último, en fiesta de Corpus Christi, y participaron 21 personas de la comunidad cristiana de de Jesucristo Misionero de Reñaca Alto, en la diócesis de Valparaíso. Se trata de una parroquia que evangeliza con la espiritualidad Sagrados Corazones y desde hace más de un año es animada por un equipo pastoral integrado por una laica, un laico, un diácono permanente y una religiosa del Sagrado Corazón.

La renovación del compromiso de estos ministros y la fiesta vivida, lo expresaron sus coordinadores parroquiales Flor Almonacid y Víctor Gaete, quienes nos hicieron llegar el siguiente testimonio y las fotos:

La Parroquia Jesucristo Misionero de Reñaca Alto, nos ha confiado el servicio de Ministro de la comunión, para que, públicamente, renovemos y hagamos este compromiso ante Dios y ante la comunidad.

En esta ocasión, la renovación en el servicio ha estado teñida de color esperanza. Fue precedida por un sustancioso retiro espiritual, con muy buena concurrencia que preparó el camino para esta emotiva celebración parroquial.

Así hemos revisado el camino recorrido en estos últimos 12 meses y encontramos que el servicio se ha vuelto a poner en la vanguardia de la misión parroquial. La necesidad de visitar a los enfermos de la comunidad se ha revalorizado por la pandemia que estamos viviendo y nuestros ojos están puestos en este servicio.

La Eucaristía nos lleva a ser conscientes que estamos llevando al mismo «Jesus Sacramentado», con amor hacia el prójimo, que está enfermo(a) o está solo(a). Es un servicio de hombres y mujeres cuyos nombres fueron propuestos por sus mismas comunidades.

El realizar esta renovación en la Fiesta de Corpus Christi fue muy significativo porque nos recuerda la institución de la eucaristía, cuando Jesús durante la última cena, convirtió el pan y el vino en su cuerpo y sangre. Eso lo hizo para que tengamos presente que Él está en medio de nosotros. «Hagan esto en memoria mía», nos dice en Lucas 22 19.

Para los ministros de la comunión aparecen nuevos desafíos como los responsos en sus comunidades y en las liturgias sin ministro ordenado.

Y como siempre, reforzar también la necesaria madurez pastoral en las comunidades remando mar adentro en una época que nos desafía a un liderazgo cristiano comprometido con los bienaventurados del Señor.

Es esperanzador que podamos contar con más ministros de la comunión y que estemos iniciando el proceso formativo para incorporar nuevos ministros.

Damos gracias al sacerdote Ricardo Sotomayor, ss.cc. y al Consejo Parroquial por el apoyo y acompañamiento en este querido servicio.