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A 180 años del nacimiento de Damián…

“Guiado por el amor y la gratitud, les ofrezco mis mejores deseos y súplicas que no dejo de dirigir al autor de todo bien. Este año será muy próspero, no lo dudo, si el Señor escucha mis oraciones y mis deseos”.

(Damián de Molokai, 31 de diciembre de 1848, carta dirigida a sus padres)

“Tremelo, comienzo del camino…”. Así comienza la Cantata Nosotros los leprosos que relata la historia de nuestro santo ss.cc., Josef de Veuster. Belga, se ofreció de misionero para ir a “la isla maldita” como se le llamaba a Molokai, en las islas Hawai, donde esperaban la muerte los enfermos de lepra, a mediados del siglo XIX. En esta obra, escrita por Esteban Gumucio y Alex Vigueras, y compuesta por Alex, se da cuenta de los temores y esperanzas con los que Damián vivió su servicio.

Damián

El 11 de Octubre de 2009, Damián fue canonizado por Benedicto XVI. Él desarrolló una fructífera labor misionera entre miles de leprosos confinados en la Isla de Molokai, Oceanía, a raiz de una epidemia declarada en 1850.

El padre Damián nació en 1840, Tremelo, Bélgica, y en 1859 ingresó a la Congregación, efectuando sus estudios religiosos en Lovaina y en París, ofreciéndose posteriormente como voluntario para ir a Oceanía como misionero, lo que concreta en 1863, y solo en 1864, recibe el subdiaconado, diaconado y después se ordena sacerdote en Honolulu, Hawai.

Posteriormente es destinado a la isla de Molokai, en la península de Kalaupapa, donde ejerce su intenso apostolado entre los más pobres de los pobres, que eran repudiados por la sociedad, a raiz de esta dolencia. Se prodigó íntegramente por ellos, sin discriminación alguna de raza o religión, hasta que contrajo la lepra en 1885, por lo que recibió el apoyo de otros misioneros para continuar en su labor de evangelización, falleciendo en el año 1889, en medio del dolor de su feligresía, quienes le escucharon decir que se consideraba el misionero más feliz del mundo.

En 1987, la recuperación de una religiosa de la Congregación, que le dedicó sus oraciones, fue declarada milagrosa por el Vaticano, y el año 1995, fue beatificado.

En el año 1999, se consideró milagrosa la recuperación de una persona afectada por cáncer pulmonar, que le había encomendado su salud al beato, por lo que en junio de 2008, el Santo Padre, aprobó este milagro, lo que ha permitido que haya sido elevado a los altares.

Es una figura cercana en la Congregación de los Sagrados Corazones en nuestro país, y especialmente para todos quienes participan de sus obras apostólicas en parroquias y colegios, donde se ha dado a conocer y enseñado a feligreses, profesores y alumnos, la intensa vida espiritual y misionera del padre Damián, que no trepidó en entregar su vida a los más desvalidos y marginados de la sociedad, haciendo plenamente realidad la misión de la Congregación, que se resume en el principio «Contemplar, vivir y anunciar el amor de Dios», en su labor evangelizadora, por lo cual goza de gran devoción entre los católicos que integran estas obras.