La Vida consagrada “debe ser sembradora, cultivadora y segadora de un nuevo modo de ser Iglesia en el proceso sinodal”, escriben las religiosas y religiosos del continente, en el mensaje final tras su encuentro que planificó el trienio 2022-2025.
La Hna. Gloria Liliana Franco Echeverri, ODN (Colombia), resultó reelegida como presidenta de la CLAR y la Hna. Daniela Adriana Cannavina, HCMR (Argentina) también reelegida en su cargo de Secretaria General, según informa la misma organización a través de un comunicado.
Las Confederación de Religiosas y Religiosos de América Latina, CLAR, celebró en Colombia del 1 al 4 de junio último, su asamblea. Los demás cargos quedaron así: Primer Vicepresidente: Ir. Olavo José Dalvit, FSC (Brasil) Segundo Vicepresidente: P. José Luís Loyola Abogado, MSpS (México) Tercera Vicepresidenta: Hna. Inés Greslebin, ACI (Argentina) Cuarta Vicepresidenta: Hna. Carmen Ferrer, HH.C.C.S. (República Dominicana).
Según información oficial de la CLAR, «la escucha de las Realidades de la Conferencias Nacionales, aconteció por regiones, donde se ha compartido un gran camino de vida donada al servicio del REINO y los desafíos que se visualizan en esta andadura de la misión; así como el camino recorrido del Icono Inspirador de las Bodas de Caná, como memoria agradecida, memoria del corazón en la de escucha, compartiendo los desafíos y convicciones que marcó un tiempo significativo».
Se indicó también que la presidencia y la secretaría general presentaron los informes del período que han animado 2018–2022, evidenciando «la abundancia de vida, de misión, de crecimiento de la Vida Religiosa animada por este gran equipo que en amor gratuito entrega su vida y su sabiduría por amor a Jesucristo, animando la vida religiosa de América Latina y el Caribe».
Mensaje Final
La jornada concluyó con un mensaje final donde se cuenta que en “estos días de encuentro han sido únicos, para volver a escucharnos, recíprocamente, buscar la voluntad de Dios y prestar oído a las invitaciones que nos hace el Espíritu Santo”. También se afirma que han abierto el oído “para discernir que la Vida Consagrada debe ser sembradora, cultivadora y segadora de un nuevo modo de ser Iglesia en el proceso sinodal”.
En el discernimiento, las religiosas y religiosos señalan que han sentido “la urgencia de desaprender las formas antievangélicas de ser Iglesia e intuir los signos de su presencia viva, ‘en las albas cada amanecer’ de esta ‘hora histórica’ y recrear la centralidad de nuestro seguimiento de Jesús de Nazaret y un renovado compromiso, con el Reino y en él, con los más pobres, para vivir nuestro discipulado misionero con sentido, radicalidad y reencanto”.
“Mujeres del Alba”
Los religiosos de América Latina y el Caribe explican que, “con las ‘Mujeres del Alba’, en la mañana de la resurrección, con las mujeres silleteras antioqueñas, que visibilizan la “memoria viva del resucitado” en la cotidianidad de sus existencias, nos decidimos, mujeres y hombres consagrados, a “arropar el misterio de la vida” con el colorido de nuestras flores que germinan en las parcelas marginales del Continente”.
Añaden que, “con la multiplicidad de los aromas y fragancias de nuestros carismas, emprendemos el camino de retorno, a plena luz del día, a nuestra “Galilea original”. Según el texto difundido por la Confederación, las “Mujeres del Alba” son la fuente de inspiración, “nuestro aliento vital, nuestras compañeras de camino” para el trienio 2022-2025.
