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Adviento: «Lo que ha de venir» por Sergio Silva sscc

Nuevamente nuestro hermano Sergio Silva, nos comparte una reflexión para iluminar este tiempo de Adviento, tiempo privilegiado para contemplar a Jesús, este periodo comenzó el domingo 03 hasta el 24 de diciembre.

“Adviento” significa lo que ha de venir. No equivale a “futuro”. El futuro resulta de lo que hacemos los seres humanos y lo que hace la naturaleza en el presente. Mañana, cuando salga el sol, el sol no “adviene”, no es libre de salir o no, las leyes de la naturaleza le mandan que salga.

En cambio, lo que Dios hace en nuestra historia no está determinado por nada, brota de Su más profunda libertad. La decisión básica de Dios fue amar fuera de Sí y, para eso, creó seres capaces de acoger Su amor y de amarlo. Una vez puesta en marcha la creación, luego de un largo período de evolución, surge el ser humano, esa creatura que puede ser amada y puede responder amando a quien lo ama. Y con el ser humano se inicia la historia. Dentro de ella, Dios sigue “adviniendo”, actuando libremente, haciendo que haya algo nuevo en la historia. Elige a Abrahán, decide que su Hijo comparta nuestra condición humana en la persona de Jesús de Nazaret, para mencionar dos de Sus principales “advenimientos” a nuestro mundo humano.

En el tiempo del Adviento, la liturgia nos invita a prepararnos a celebrar el “advenimiento” de Jesús en Palestina hace ya más de dos milenios. Pero no lo hacemos para recordar solamente sino también para prepararnos a un nuevo adviento del mismo Jesús al final de los tiempos, sea el fin de la historia, sea el fin de mi vida personal. Y la mejor manera de prepararnos es estar vigilantes, atentos a lo que nos toca vivir, porque ahí sigue “adviniendo” Dios. Mirando el pasado de Jesús, es decir, leyendo la Escritura, descubrimos las pistas que nos permiten reconocer dónde y cómo “adviene” él hoy. Menciono tres.
-La Palabra de Dios, que sigue hablándonos hoy, tocando a veces muy profundamente nuestro corazón. Lo dice Jesús: “Mi madre y mis hermanos -dice Jesús- son los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lc 8,21).
-El hermano/a que necesita algo de nosotros, como leemos en la descripción que hace Jesús del juicio al final de la historia: “Vengan, benditos de mi Padre, reciban la herencia del Reino preparad para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber … Ellos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer, con sed y te dimos de beber…? Y el Rey les dirá: Les aseguro que cuando lo hicieron con uno de estos hermanos míos más pequeños, conmigo lo hicieron” (Mt 25,31-46).
-La comunidad de los hermanos/as que tratamos de seguir al Señor: “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre -dice Jesús-, allí estoy yo, en medio de ellos” (Mt 18,20).

El tiempo de Adviento es una oportunidad para encontrarnos personalmente con Jesús. Estemos atentos a estos lugares donde él está adviniendo para dar sentido pleno a nuestra vida.